Una ‘placa de reconocimiento’ llena de cocaína fue detectada en la terminal de carga del Aeropuerto Internacional Las Américas (AILA) antes de ser embarcada a Barcelona, España, ciudad donde la recibiría por correo una persona identificada como Manuel Rodríguez, remitida por un tal Virgilio González.“Esa es otra de las genialidades del narcotráfico para tratar de burlar a las autoridades”, dijo está mañana el portavoz de la DNCD, el periodista Roberto Lebrón. El envío iba para la cella Granada número 116, en el sector Terraza, en Barcelona, y sería retirado en el Apartado Postal 08226.
El remitente supuestamente vive en una residencia de la Avenida Rómulo Betancourt, en la capital. A la placa de metal y madera les fueron incrustados dos paquetes del citado polvo blanco, pero la iniciativa fue detectada cuando se realizaba el chequeo en el área de rayos equis, dijo Lebrón.
La droga, cuyo peso no fue especificado, sería embarcada en un vuelo de American Airlines, con destino a Mimai, Florida, desde donde el paquete seguiría con destino a España. La placa estaba dentro de un sobre Manila amarillo dentro del paquete de cartas enviadas al exterior por Instituto Postal Dominicano (INPOSDOM).
Los investigadores antidrogas trataban el miércoles de ubicar al remitente para someterlo a la justicia. Es la segunda ocasión, en menos de un mes, que la DNCD y el INPOSDOM descubren envíos de droga desde la República Dominicana a España, utilizando el correo público, informó el vocero al mayor general Rolando Rosado Mateo, jefe antinarcóticos.
Indicó que ambas instituciones trabajan de manera mancomunada para evitar que los narcotraficantes intenten utilizar ese recurso para enviar sustancias prohibidas al exterior, lo que con frecuencia tratan de hacer. En el caso intervino un fiscal adjunto de la Provincia Santo Domingo, adscrito a la DNCD en el AILA.
Los dos paquetes fueron enviados a la sede de la DNCD y de allí al laboratorio forense para analizarlos. “Las bandas organizadas tratan con frecuencia de mandar droga para España en el interior de forros de libros, en tarros de cerámica, en cajas de regalos y cualquier otra inimaginable forma de burlar a las autoridades”, agregó.
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